Simon niño

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Parque Carabobo

Yumare, Un Falso Positivo


Durante       los últimos 10 años, se ha denominado como “falso positivo” en el argot       judicial colombiano, a una masacre u homicidios colectivos ejecutados por       miembros del ejército o grupos paramilitares con la anuencia o complicidad       del Estado.

La       utilización de este eufemismo para denominar la simulación de un hecho       punible o crimen de lesa humanidad, es el resultado del Terrorismo de       Estado provocado por la política de exterminio de los movimientos       populares y la criminalización de las protestas enmarcadas en la Doctrina       de Seguridad Nacional, impuesta por los EEUU y la Escuela de las Américas,       quienes sembraron toda Nuestra América de sangrientas dictaduras, abiertas       o simuladas de falsa democracia, como la que imperaba en Venezuela en la       era de la Cuarta República.




Los       autores intelectuales e encubridores de La Masacre de Yumare, crimen de       lesa humanidad que no       prescribe, ocurrido el 8 de Mayo de 1986, en el caserío de La Vaca en       el Estado Yaracuy hace 25 años fueron: Jaime Lusinchi, entonces Presidente       de la República de Venezuela; Octavio Lepage, Ministro de Relaciones       Interiores; el Vicealmirante de La Armada, Andrés Eduardo Brito Martínez,       quien ejercía el cargo de Ministro de la Defensa; Remberto Uzcategui B.       entonces Director de los Servicios de Inteligencia y Prevención Disip;       Pedro García, Mayor del Ejército, quien se desempeñaba como Fiscal       Militar; Porfirio Antonio Valera, entonces perteneciente también a La       Dirección General de los Servicios de Inteligencia y Prevención DISIP; el       Teniente Coronel (Ej.) Pedro Celestino Silvio Pérez, quien era Comandante       de BIJAP-71 y Comandante de la Guarnición del Estado Yaracuy (cabe       destacar que el referido Comandante fue quien entregó los uniformes       colocados a los camaradas luego que fueran torturados y asesinados) y       Mauro Yánez Pasarella, Sub. Director de La Policía Técnica Judicial (PTJ),       consciente de la masacre contribuyó al encubrimiento de los asesinos de la       DISIP que cometieron el crimen, ayudando a levantar un falso expediente,       con el fi n de exonerarlos de culpabilidad.
El       día 8 de Mayo de 1986, luego que la comisión dirigida por el asesino Henry       López Sisco, realizara la masacre, los principales medios y periódicos del       país, como Radio Caracas Televisión; Canal 4; El 2001; El       Mundo; El Nacional etc., daban cuenta de un enfrentamiento, donde       resultaron muertos 15 guerrilleros en la población de Yumare. En el       cementerio de la ciudad de San Felipe mandaron a excavar 15 fosas. ¿Porqué       el Presidente Lusinchi y su Ministro Octavio Lepage hablaba de 15       guerrilleros dados de baja?, por la simple razón de que quienes       perpetraron el crimen, pasaron la noche con los 6 camaradas       sobrevivientes, en particular Alirio Rabanales (delator ex Bandera Roja       ML). Con los nueves asesinados realmente, se encontraba Norberto Antonio       Rabanales alias Tony-Almeida (desmovilizado en el año 1979 conjuntamente       con Carlos Efraín Betancourt Gerónimo; Alirio Rafael Rabanales Chema;       Bergenis Beraciarte gordo Beraciarte; y Antonio Rojas. Norberto Antonio       Rabanales estuvo en el campamento de Cantaura y se fue un día antes de que       se cometiera la masacre del mismo nombre).
Es       decir que en donde fueran detenidos o capturados los sobrevivientes de la       masacre de Yumare, serían asesinados también, porque ya estaban muertos       para los medios y la prensa al servicio del terrorismo de Estado del Punto       Fijismo. Así se comportaban entonces, como hoy sigue sucediendo en los       países capitalistas, y como continúa ocurriendo con los medios de       desinformación que en Venezuela le siguen sirviendo a la CIA y al Imperialismo.
 La       camarada Dilia Antonia Rojas, fue detenida el día 6 de Mayo en los       alrededores del hospital de San Felipe, minutos antes había hablado con un       sobrino a quien le alertó que se alejara de ella porque la estaban       siguiendo. Dilia desconfiaba de los hermanos Rabanales, por eso ellos       deciden que tenía que ser la primera en ser detenida para que no alertara       al resto del grupo. Simón José Romero Madriz llegó al terminal de San       Felipe el día 7 de Mayo a las 04:00 pm, desde allí llamó a su familia en       Caracas comunicándole que había llegado bien a Yaracuy. Allí fue detenido       por Bergenis Beraciarte y Antonio Rojas (traidores ex miembros de Bandera       Roja M-L). Nunca llegó con vida al caserío de la vaca, donde fue llevado       al amanecer del día 8 de mayo torturado, presentaba mutilación de los       dedos, fue ultimado, observándose en el cadáver en posición de cúbito       vertical, un orificio de entrada en rama ascendente del maxilar derecho,       un orificio de salida cara anterior del cuello, tres orificios de salida,       dos en la región inter glútea y una en la región glútea izquierda, y otro       conjunto de heridas repartidas en el resto de la osamenta. El cadáver de       Dilia Rojas, cuyos senos estaban cercenados por arma cortantes, presentaba       un orificio de entrada en la región parieto-occipital del lado derecho,       fractura del arco cigomático izquierdo y otros signos de violencia,       detalles revelados de los protocolos de autopsia realizadas en la osamenta       de estos dos camaradas revolucionarios años después.
Asimismo       los camaradas Nelson Castellano, y Ronald Morao, nunca fueron vistos con       vida en el caserío de La Vaca, lugar escogido como escenario del crimen       por la Disip. En resumen las 9 osamentas que fueron exhumadas arrojaron       pruebas científicas irrebatibles, que demuestran fehacientemente que los 9       camaradas fueron secuestrados, torturados y finalmente asesinados con       tiros de gracias a quemarropa percutidos a pocos centímetros de sus       cabezas y cuerpos.
Como       responsable de la Masacre de Yumare fueron acusados, a través de la       Fiscalía Segunda del Ministerio Público del Estado Yaracuy, de la comisión       del delito de homicidio calificado; alevosía por motivos innobles en grado       de complicidad correspectiva en perjuicio de las 9 víctimas; por       simulación de hechos punibles; privación ilegítima de libertad; violación       de domicilio; abuso de autoridad; falso testimonios; falsedad de actos y       documentos; y uso indebido de armas de fuego, 37 Comisarios Generales,       Comisarios, sub Comisarios, Inspectores, Detectives, Agentes Estatales de       la Disip, actualmente todos con credenciales de Jubilados. De igual manera       están acusados 9 altos funcionarios del gobierno de entonces, incluyendo       al propio ex presidente Lusinchi.
Sin       embargo después de 25 años de ocurrida la masacre, no hay ningún detenido,       conducido, encarcelado o extraditado.Solo un condenado a última hora       del día viernes 7 de mayo del 2011.
La       Fiscalía General de la República, ha sido negligente y poca efectiva,       limitándose a la escena declarativa, actitud que contribuye con la       impunidad. Por ejemplo se le prohíbe la salida al país al ex presidente       Jaime Lusinchi, cuando todo saben que desde haces unos 12 años vive en San       José de Costa Rica, y al ex convicto del Retén de Catia López Sisco se le       dictó prohibición de salida del país igualmente, después que este había       cruzado la frontera con Colombia.
En       este caso paradójicamente no funcionó el código rojo de la Interpol       Uribe-Santos.
A       25 años de la Masacre de Yumare, los familiares, madres, padres, hermanos,       hermanas, hijos, viudas y nietos, así como innumerables amigos y camaradas       de los caídos claman por justicia, que se reactive el juicio después de 2       años de permanecer a la deriva el mismo, y que definitivamente se condene       a los culpables.
Es       necesario señalar que los camaradas caídos, eran plenamente socialistas,       con un gran historial de lucha por este pueblo que aún espera construir       una sociedad justa, sin impunidad ni corrupción. Ellos cayeron trabajando       por la unidad de los revolucionarios y de la clase obrera, de allí su       militancia originaria en la Liga Socialista, PCV, PRV, FALN, Punto Cero,       Pedagógico de Caracas, ELN, Movimiento de Cantores, Sindicato de       Transporte, etc. El movimiento que ellos denominaron Corriente Histórica       Social, realizó planteamientos y aportes político-ideológicos orientados a       la elaboración de una corriente Bolivariana y marxista para los tiempos       por venir.
Honor       y Gloria a: Dilia Rojas; Guzmán Green; Quevedo Infante; Simón Romero;       Ronald Morao; Rosendo Silva; Caicedo Castillo; Pedro Pablo Giménez; Nelson       Castellano.


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