Simon niño

Simon niño
Parque Carabobo

Yumare, tomado de Aporrea


Amanecía. Tímidamente asomaba sus rayos el astro de la vida. Sucedió un ocho de mayo del año 1986, en el Estado Yaracuy, mas exactamente en el Distrito Bolívar, entre Yumare y Aroa, a un kilómetro del Caserío la Vaca. Acechaba el asesino, unos cuántos, pero a fin de cuentas, para nosotros, conforman todavía hoy un sólo cuerpo. Gobernaba en ese entonces Jaime Lusinchi. Nefasta orden, dada por quien irrespetó y pisoteó la dignidad de todo un pueblo, ordenando la MASACRE DE YUMARE.
Los pobladores de la zona cuentan que escucharon un tiroteo, ráfagas de ametralladora, cerca de la finca de Gonora.
Un frío sepulcral se apoderó de todos aquellos sobre quienes se disparó en forma inclemente, con brutal desprecio por la vida, obviando, haciendo caso omiso al tímido Sol que quiso resplandecer en toda su intensidad para enceguecer a los ejecutores de la macabra orden, sin lograrlo. Se consumó la masacre. Allí quedaron los cuerpos inertes de nueve luchadores sociales, victimas de un régimen que se jactaba del respeto a la vida y a los derechos humanos.
Allí demostró el gobierno de turno su “vocación democrática”. No hubo tal enfrentamiento. Allí quedaron nueve cuerpos brutalmente torturados y mutilados. Ellos ofrendaron sus vidas por la militancia en las ideas de un mundo mejor, con justicia social. Quedaron para siempre grabados en la historia sencilla del pueblo.
Cuentan en Yumare que cada ocho de mayo, se escucha al amanecer, un tiroteo, ráfagas de ametralladora, y una estela de luz, proveniente del astro rey, enceguece a todo aquel que transita muy temprano por esa zona, como intentando evitar que alguna vez se repita el agudo dolor sufrido ese día, al amanecer.
Hoy, a 17 años de la MASACRE DE YUMARE, una vez más, EXIGIMOS JUSTICIA. Los asesinos están libres y el mayor de ellos es un “Asesor” en materia de seguridad, prestando sus conocimientos en materia de seguridad a los ganaderos de las regiones fronterizas.
Por luchar por una patria con justicia social, les fue arrancada de la manera mas vil, lo mas preciado: La vida; pero no ha sido en vano, Dilia A. Rojas, Luis R. Guzmán, Simón J. Romero, Carlos J. Rodríguez, Pedro P. Jiménez, José R. Silva, Ronald Morao, Rafael Quevedo y Nelson Castellano, están presentes hoy más que nunca, en su memoria estamos construyendo paso a paso la anhelada Patria Bonita, lo estamos logrando, …A paso de Vencedores.