Simon niño

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Parque Carabobo

Habla una viuda; tomado de La Revolución VIVE TV


“Yo soy la viuda de Pedro Pablo Jimenez García (guerrillero) uno de los masacrados en Yumare” expresa una mujer mayor mientras observa antiguas fotografías de su difunto esposo.
Habla:
Frines Salguero de Jiménez narra que su esposo el día 07 de Mayo se levantó a las cinco de la madrugada, se arregló y se marchó a una reunión, le dijo: “yo vengo dentro de unos días”.Ese fue el último momento que lo vió con vida.

Pedro Pablo Jimenez García nació en Menemaura, Estado Falcón. Era de origen campesino, iba al campo, trabajaba el campo, iba al colegio.Una familia adinerada se enamoro de él y se lo llevo a estudiar a Maracaibo donde se graduó de bachiller. Posteriormente se fue a Cararas en donde, ya con sus ideas revolucionarias, empezó a conocer gente, a relacionarse con gente y posteriormente a participar en las filas del partido revolucionario venezolano durante varios años. Trabajó en el Ministerio de Obras Públicas y fue dirigente del sindicato Único de trabajadores del transporte, fundó el periódico “Ruta Unitaria”.
Frines y Pedro Pablo se conocieron en al año 1973 en una marcha a favor de Allende. Desde ese momento empezaron a verse, a conocerse y Frines pasó a participar aunque no de forma directa pero si colaborando con la revolución “... serví de correo, con mi muchacha guindando chiquitica. Haciéndole comida a los compa, guardándoles comida...” afirma Frines Salguero.
Frines escuchó por la radio que hubo un enfrentamiento entre guerrilleros y la DISIP en Yaracuy e inmeditamente se trasladó a San Felipe, “no me había bajado del taxi cuando la DISIP me agarro”, se la llevaron a interrogarla, querían saber qué hacía su esposo en Yumare. Su petición fue que le entregaran el cuerpo de su esposo, ellos la mandaron al Fuerte militar, de ahí la mandaron a la DISIP de nuevo, es decir, la estaban ruleteando. Al final los efectivos le informaron que ellos no tenían ordenes de entregar el cadaver, que fuera al Ministerio de Relaciones Interiores en Caracas. Se vino a Caracas en donde la siguieron interrogando, ella no quería hablar sólo quería el cuerpo de su esposo. Al final le dieron una orden para que fuera al hospital a buscar el cuerpo. Le tocó identificarlo frente a toda la comisión de derechos humanos que se encontraba en el hospital.Ella narra que “lo trajeron desnudo como un animal, tenía una ráfaga de metralladoras, hematomas, le faltaban los dientes, 1 testículo y tenía un tiro de gracias en la nuca. Estaba totalmente torturado” .
De ahí en adelante siguió el velorio y el entierro, momentos en los que hubo presencia de efectivos policales que la vigilaban, la seguían. A sus familiares y a muchos familiares de los compañeros fallecidos les dio miedo por las represarias que podían tomar contra ellos y nisiquiera reclamaron el cuerpo. “A mi no me dio miedo, a mi me dio valor eso, ese era mi compañero, el hombre que yo quise, el hombre que lucho por su patria” afirma Frines.
Conozcamos los hechos:
El 08 de Mayo de 1986 fueron asesinados por un comando de la DISIP nueve (9) personas en la zona de La Vaca, Barlovento, cercana a la población de Yumare, del Distrito Bolívar en el Estado Yaracuy.La versión difundida por los medios privados de comunicación durante la gestión del entonces presindete de la República, Jaime Lusinchi, dio por sentado que las autoridades policiales indicaron que se trató de un enfrentamiento armado de la DISIP con un grupo guerrilleros, dejando el saldo de 9 guerrilleros muertos y un funcionario de la DISIP herido (Henry Lopez Sisco). Sin embargo testigos y pobladores afirman que estas personas fueron detenidas, torturadas y poteriormente ejecutadas. Le colocaron ropas militares encima de su ropa civil.Estos testimonios dan fe de que los ejecutados, en su mayoría por disparos certeros a la cabeza, eran todos luchadores sociales y promotores del ideal bolivariano, de una corriente del pensamiento de izquierda.
El mismo Estado, nos cuenta Alexis Rosa, el mismo gobierno protegía a los militares y a los policías que cometían esta serie de tropelias, de asesinatos, de cosas terribles, argumentando que esta gente estaba alzada en armas contra el Estado y por lo tanto lo que habían hecho los policías y los efectivos militares era defender al Estado de una amenaza que se cernía contra este. Cuando en realidad, afirma Alexis, no había tal cosa.Había un grupo de idealistas, de gente que había tomado las armas pero que no causaban mayor efecto en ese momento en el Estado venezolano. En la Masacre de Yumare menos. Los compatriotas que murieron ahí no estaban alzados en armas contra el gobierno; iban a una reunión para ver si participaban en las elecciones o si formaban un movimiento. Estaban desarmados totalmente algunos de ellos concluye Alexis.
“¡mi esposo no se llevo pistola, mi esposo no tenía pistola, en mi casa no habían armas!” exclama Frines Salguero.
Uno de los agentes del estado venezolano más criminales de esa época fue el comisario de la DISIP Henry Lopez Sisco afirma Amarita Padrino, abogada del caso Yumare. “...ese hombre no solamente era el comisario de la DISIP, es un agente de la CIA. Fué una de las personas que conjuntamente con el alto gobierno planificaron exterminar a varios grupos políticos. Él participó en todas la célebres masacres ocurridas en Venezuela”.
Dunas Petit (ex guerrillero) propone que se le debe cambiar el nombre de lo que se ha conocido como la Masacre de Yumare por la Masacre de Henry López Sisco ya que fue él quien logró capturar algunos de esos compañeros en distintas partes de Venezuela y los trasladó a una zona del municipio Bolívar muy cercano al cacerío Barlovento , hizo un teatro ahí y los asesino. “...Eso es lo que se conoce como la Masacre de Yumare” explica Petit.
Actualmente el tiempo es amigo de la historia. Después de muchos años de aquella masacre van apareciendo testimonios de verdades que tras una máscara hipócrita nos ocultaron los gobiernos de la cuarta república.La impunidad es la madre del crimen. Los familiares, amigos y el pueblo no han perdido las esperanzas de que llegue la justicia ante estos crímenes de lesa humanidad.
Culpables: Jaime Lusinchi, Henry Lopez Sisco, Luis Posada Carriles, Octavio Lepaje, Rafael Rojasy los directores, asesores de los organismos de seguridad del Estado de esos años: Ejercito Nacional, Guardia Nacional, DISIP.
“...Bueno yo le pido al presidente Hugo Chavez que porfavor se haga justicia. Que se reinvindiquen los compañeros, que se lleve a juicio a esa gente y que porfavor no me los heche en el olvido...” Frines Salguero de Jiménez .